John Saxe Fernández - Periódico La Jornada
Tanto su nombramiento en la Secretaría de Estado como la visita que realiza Rex Tillerson por estos días a México y otros países latinoamericanos huelen a gas, petróleo e inmigración (por Trump). Este ex CEO de ExxonMobil, principal monopolio entre los grandes del big oil, fue empresa mecenas de la ciencia climática hasta que a sabiendas de las devastadoras que son las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) decidió no actuar según el interés humano y las advertencias de sus científicos sobre los efectos catastróficos del calentamiento atmosférico. Prefirió impulsar sus intereses vía el negacionismo climático para posponer toda regulación de los GEI. Ahora Tillerson articula junto al Pentágono un operativo diplomilitar con los combustibles fósiles (CF) de polo a polo en mente. Esa gestión trae cola nacional, hemisférica e inter-continental. También planetaria por la aceleración destructiva del business as usual, y peor aún, de la ampliación del principio de extracción máxima (PEM) del big oil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario