En los extremos de la nómina de los candidatos estadunidenses a la primera magistratura del imperio se hallan, como sabe el mundo, Bernie Sanders y la pesadilla tragicómica de derecha purulenta llamada Donald Trump. Quizá debamos oír la palabra de Obama pidiendo al mundo que tome en serio que los rebuznos de ese inefable señor pueden volverse realidades, por más remotos que puedan parecernos.
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