martes, 31 de mayo de 2016

DISCULPE LAS MOLESTIAS

José Blanco - Periódico La Jornada
Abra su memoria y busque esa frase. ¿Cuánto tiempo hacia atrás recuerda haberla visto en las calles, plazas, puentes, pasos a desnivel: en todo lugar de la CDMX? Toda su vida, ¿no es cierto?

La ciudad podría tener, en todas sus entradas, en lugar de Bienvenido a la Ciudad de México, una más ajustada a la realidad, por ejemplo: “Allá usted: está llegando a un infierno de obras perpetuas; al mayor estacionamiento del mundo; a una gobernanza citadina arbitrariamente cambiante; a las mayores pérdidas de tiempo que haya tenido en su vida; a la imposibilidad de recurrir a alguien para arreglar algo ya personal, ya de su comunidad inmediata; a riadas que pueden cubrir medio automóvil (llamadas aquí con hipócrita rubor encharcamientos); al mal humor agudo en calles y medios de transporte; a una insuficiencia radical del mismo; a un espacio de miles de millones de toneladas de concreto con una infame vialidad y una peor señalización que lo oriente”. Son sólo unos pocos ejemplos. Esto sería algo verdadero. Lo de Bienvenido es la peor mentira y la peor hipocresía.

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