Dulce Olvera - Sin Embargo
Una propiedad millonaria en Estados Unidos, pederastia o acusaciones de vínculos con el crimen organizado han brincado en medio de las campañas electorales en camino al próximo cinco de junio. Aunque la reforma electoral lo prohibe, la guerra sucia sigue impregnando de lodo a los candidatos.
Ciudad de México, (SinEmbargo).– Como en cada periodo electoral, los partidos políticos combaten entre ellos no solo mediante propuestas o debates, también a través de acusaciones en ocasiones sin pruebas. Aunque el objetivo de la guerra sucia es afectar a cierto candidato, coinciden académicos, también puede provocar abstención o desencanto social hacia los políticos.
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