- Las emisiones más tóxicas para la salud no salen del tubo de escape
- Los eléctricos emiten más de estas partículas que los convencionales
Parecía que la tecnología iba a salvarnos una vez más del desastre. El coche eléctrico de Tesla se había convertido en una religión que nos prometía un futuro de movilidad gratis y limpia, y Elon Musk en su profeta. Pero la realidad es siempre un poco más compleja: no se trata sólo de que al fabricar esos vehículos también se emita CO2... el problema es que cuando se mueven expulsan a la atmósfera más contaminantes peligrosos que los coches diésel.
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