- La petrolera estatal agranda su agujero con otros 3.500 millones dólares el primer trimestre del año
David Marcial Pérez - El País
México siente sobre sus espaldas la presión de los vigilantes de la economía global. En menos de un mes ha recibido dos avisos. El FMI y la agencia de calificación Moody’s han colocado en su diana la deuda pública mexicana. Lo piedra de toque es la complicada gestión de la formidable crisis de Pemex. El descarrilamiento de la petrolera estatal, que acumula las peores pérdidas de su historia y se ha cobrado la cabeza de su anterior director general, ha forzado al Gobierno a salir al rescate. A los 4.200 millones ya anunciados como inyección para recapitalizar la compañía hay que sumar la parte de su gigantesco pasivo laboral que el Ejecutivo mexicano se comprometió a asumir tras un acuerdo con el poderoso sindicato petrolero.
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