Enrique quintana - El Financiero
Hace ya muchos meses empezamos a hablar en esta columna del contraste entre los datos que ofrecen las encuestas de confianza del productor y del consumidor.
Ofrecen perspectivas distintas según se hable del entorno inmediato de la gente o del conjunto del país. El primero se ve bien, o no tan mal. El segundo, muy mal. Allí se refleja el mal humor social.
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