miércoles, 11 de diciembre de 2013

MANDELA: LA REVOLUCIÓN INCOMPLETA

Alejandro Nadal / La Jornada
La muerte de Nelson Mandela es aprovechada por decenas de jefes de Estado para exhibirse como líderes y estadistas. El protocolo diplomático es desplegado en todo su esplendor, rodeando a mediocres y absurdos personajes de un manto protector que les hace verse como jefes y dirigentes respetados. La exaltación de la figura de Mandela como el prócer de la libertad les hace sentir más cerca de una legitimidad que no tienen. Pero un análisis más objetivo del legado de Mandela permite comprender por qué el homenaje a Mandela es tan explotado por las clases gobernantes de todo el mundo.

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