martes, 31 de diciembre de 2013

EL MAÍZ MEXICANO, 20 AÑOS DESPUÉS

 Ana de Ita / La Jornada
El campo mexicano ha cambiado sustancialmente durante los pasados 20 años y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha sido pieza clave. Uno de los efectos más evidentes es la concentración e integración regional de la producción y los mercados en favor de firmas trasnacionales. El gobierno mexicano eliminó las empresas estatales de regulación que operaban en el sector agropecuario. El vacío que dejó el Estado fue aprovechado por trasnacionales subsidiarias de firmas estadunidenses, muchas de las cuales se vincularon a partir de fusiones o compra de acciones con las empresas mexicanas más fuertes. Sin regulaciones estatales ni protección, muchos de los pequeños productores comerciales y de las unidades campesinas de producción sucumbieron frente a la competencia con las exportaciones que inundaron el mercado doméstico. Los grandes productores empresariales, mejor dotados de tierra, riego, insumos, crédito, e incluso beneficiarios del grueso de los subsidios, aprovecharon las ventajas de la apertura para absorber una mayor porción del mercado interno.

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