domingo, 15 de diciembre de 2013

¿DONDE QUEDÓ LA BOLITA?

Luis Rubio / El Siglo de Torreón
"Lo viejo se está muriendo y lo nuevo no puede nacer: en el interregno aparecerán toda clase de síntomas mórbidos". Así escribió Antonio Gramsci en sus Cuadernos de la Cárcel. Los mexicanos tenemos una gran experiencia en estas materias porque, a final de cuentas, llevamos décadas en una serie de transiciones que no tienen principio ni fin. En contraste con el puñado de naciones que lograron -por circunstancia o liderazgo excepcional- construir una transición negociada, nuestro curso ha sido una mezcla de reformas reales, prejuicios, competencia y choques con intereses dedicados a minar el proceso. Los desafíos han provenido igual de la derecha que de la izquierda, de la burocracia o los poderes fácticos. En ocasiones por desidia, en otras por ausencia de visión o capacidad de operación política, el país ha transitado de un sistema autoritario a uno indefinido, saturado de contradicciones y procesos incompletos. Me pregunto si la complejidad (y los absurdos y excesos) del proceso político que estamos viviendo estos días con lo electoral y energético se pueden explicar en esta dimensión.

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