- El comité propone que las prestaciones nunca puedan subir más que el IPC
- La edad de jubilación a los 67 años llegará en 2027, como estaba previsto
Los tiempos en que las
pensiones tienen garantizado, al menos sobre el papel, el poder adquisitivo
tocan a su fin. La gran mayoría de la docena de expertos a los que el Gobierno
ha encargado un informe para concretar la próxima reforma de la Seguridad Social apuestan por acabar con la
actualización de las pensiones vinculada al índice de precios al consumo (IPC).
Para sustituirla, propugnan una fórmula que las actualice de forma automática
cada año atendiendo a la salud de las cuentas del sistema. Ahora bien, plantean
límites: si del resultado de la ecuación se desprenden bajadas importantes,
éstas nunca podrán ser de tal calibre que las pensiones dejen de “ser
suficientes”; si lo que resulta son incrementos sustanciales, ponen un tope: el
IPC. Traducción: en el mejor de los casos, los pensionistas solo pueden aspirar
a conservar su poder adquisitivo; y la mayoría de veces, sobre todo en una
crisis como la actual, con el paro en el 27%, lo perderán.
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