martes, 28 de mayo de 2013

DEMRACIAS RECORTADAS

La Comisión prefiere ignorar los efectos devastadores de las políticas de ajuste

Jordi Vaquer / El País

Armada de sus nuevos poderes en política económica, la Comisión Europea pone todo su celo en imponer a los Estados miembros de la UE la estricta prioridad de controlar su déficit público. Los gobiernos se ven obligados a severos recortes de su gasto para evitar los procedimientos sancionadores por déficit excesivo impulsados por la Comisión. La ideología dominante prefiere ignorar los efectos devastadores de tales recortes sobre la demanda, el empleo y los ingresos por impuestos. La Comisión, además, sanciona planes que conllevan recortes a principios democráticos y derechos fundamentales sin contribuir significativamente al ahorro. Ante la disyuntiva entre democracia y ortodoxia económica, la Comisión se inclina por la segunda.

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