Raymundo Riva Palacio / Eje Central
PARÍS.- Por las mañanas, la margen
izquierda del Río Sena amanece como todo París al despertar. Los cafés
comienzan a abrir, las panaderías a ofrecer croissants y los kioskos a
despachar periódicos. Los mercados sufren su baño diario en espera del
abasto de pescado y marisco en camino desde Rungis, en los suburbios de
esta capital, el mercado más grande del mundo, desde donde diariamente
se distribuyen millón y medio de toneladas de comida. Pero al correr el
día, la Rive Gauche se coloca la casaca bohemia y artística que la ha
marcado por más de 100 años.
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