jueves, 24 de enero de 2013

¿HAY VIDA TRAS MARIANO RAJOY?

"El problema es cómo a un tipo como ese se le ha dado la oportunidad de desestabilizar todo el sistema"
Julio Máñez / El País
Todo sugiere que el gobierno de Mariano Rajoy y sus terminales económicas, políticas o mediáticas está resuelto a legitimar de una vez por todas el finiquito de los hábitos democráticos y sus representantes sociales a fin de instaurar una dictadura parlamentaria donde la rapiña institucional pretende instalarse en la impunidad del aquí no pasa nada (y si pasa, se le saluda) mientras tengamos la mayoría absoluta. A esa glotona y estremecedora vocación se añade una especie de cándido desdén sobre las consecuencias de sus despóticas disposiciones, de manera que en cosa de poco tiempo esta gente ha conseguido enfrentarse abiertamente con colectivos tan básicos en la estructura social como la sanidad pública o los enseñantes, buena parte del aparato judicial, de la abogacía, del alumnado en general y el profesorado en particular, en un repertorio agónico de medidas muy deliberadas cuyo fin no es otro que el de aprovechar la crisis más o menos generalizada para imponer una miseria de vida que ni siquiera se disfraza de buenas maneras para destrozar lo que queda del país. Es el gobierno de la prepotencia y de la inmisericordia. No le basta con pisotear los derechos de millones de ciudadanos, tiene, además, que mostrarse odioso para todos. Parece un gobierno de colegio mayor, si a los colegios mayores se les pudiera atribuir tan letal desvergüenza en sus despropósitos de ceremonias, por así decir, de bienvenida.

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