José Antonio Rojas Nieto / La Jornada
Es muy probable que
este 2013 sea uno de los más severos de los últimos tiempos para la
economía estadunidense. El acuerdo fiscal –que sin duda da un ligero
margen de maniobra al gobierno– lo confirma. ¡Cómo no lograr un acuerdo a
pesar de la
cerrazónde algunos representantes (republicanos y demócratas, por lo demás), luego de que el endeudamiento federal –el global, incluso– ha llegado ya a un nivel sin precedentes! Y es que este endeudamiento gubernamental ha sido correlato de un desendeudamiento relativo –leve, sin embargo– del
quebradosistema bancario y financiero estadunidense y, en menor medida, de los hogares. ¿Por qué
quebrado? Pues nada más porque a finales de 2012 tenía en su poder los contratos de 70 por ciento de unos 55.3 billones de dólares de deuda (350 por ciento del valor anual del producto) que tienen una muy pero muy baja probabilidad de ser cubiertos. No sólo en tiempo sino en forma y nivel, como gustan decir los banqueros.
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