Orlando Delgado Selley - Periódico La Jornada
Los resultados económicos de 2021 dan cuenta de una situación contradictoria. Las exportaciones mexicanas tuvieron un importante incremento al alcanzar una cifra récord de 494 mil 224.5 millones de dólares, aunque también crecieron las importaciones, llegando a 505 mil 715.5 millones de dólares. En materia de empleo hubo una recuperación de los formales, pero 56.5 por ciento de las personas ocupadas están en la informalidad. El dato de la inflación anual es conocido: 7.2 por ciento. Mientras que las remesas recibidas registraron un monto récord de 51 mil 471 millones de dólares.
Pese a estos datos, que documentan una cierta recuperación apoyada con los importantísimos montos recibidos en remesas y con los programas sociales, el PIB del cuarto trimestre tuvo una caída de -0.1 por ciento respecto al tercer trimestre que, a su vez, había disminuido respecto al segundo en -0.2 por ciento. El dato duro es que la economía mexicana prácticamente se paralizó en el segundo semestre, provocando que la recuperación del primer semestre se detuviera cerrando 2021 con un crecimiento de 4.8 por ciento, lejano del 6.2 esperado por el gobierno. Discutir si esto es recesión o estanflación es ocioso. Lo importante son los impactos en el bienestar social.
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