Orlando Delgado Selley - Periódico La Jornada
Aunque la información de enero da cuenta de que el crecimiento de precios ha empezado a disminuir, hay indicadores diversos que muestran que las presiones inflacionarias están agravándose. El aumento del precio del petróleo y sus impactos en los índices de precios al consumidor señalan que en los meses siguientes la inflación permanecerá en los niveles que presenciamos a finales de 2021. Esta situación ha modificado la discusión entre los banqueros centrales y economistas sobre la temporalidad de los aumentos de precios y la intensidad de la respuesta de política monetaria.
No se trata, sin embargo, de una discusión académica. Están en juego decisiones que afectan las condiciones de vida de sectores amplios de la población. Elevar las tasas de interés para contener la inflación puede efectivamente conseguir atemperar el crecimiento de los precios, pero es posible que este logro provoque que la reactivación económica se detenga y que los empleos perdidos por la pandemia no se recuperen. Por esto, Joseph E. Stiglitz y David Card, ambos premios Nobel, han advertido en estas mismas páginas que la respuesta de los bancos centrales al crecimiento de precios puede resultar contraproducente.
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