Lorenzo Meyer - El Siglo de Torreón
Al comparar las estructuras políticas y evolución de polis griegas
tan diferentes como Atenas y Esparta, Aristóteles mostró las virtudes
del método comparativo. Contrastar
hoy rasgos de las coyunturas políticas
de México y Estados Unidos también
puede ser útil.
Lo que caracteriza los ambientes
políticos de los dos países es la polarización de la arena pública como resultado de sus procesos electorales. El
discurso en Estados Unidos en las
elecciones de 2020 y en México en las
de 2018 y las que tendrán lugar este
2021, ha sido particularmente áspero,
descalificador radical de las razones
del otro antes, durante y después de la
elección. Allá la contienda se dio en su
tradicional marco bipartidista, con casi la totalidad de los republicanos colocados en una derecha cruda, elemental, y casi la totalidad de los demócratas ocupando un espectro que va del
centro a la izquierda. Formalmente,
México es multipartidista, pero el posicionamiento de sus partidos ha evolucionado hacia un bipartidismo de
facto y también ha seguido la división
izquierda-derecha. En ambos países la
derecha perdió en las urnas la presidencia y el control del legislativo en favor de sendos y heterogéneos conglomerados de centro izquierda.
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