El mundo está viviendo una doble crisis sin precedentes. En un flanco está la pandemia de COVID-19 que, para combatirla por su alto grado de contagio, ha obligado a un paro de las actividades productivas y al distanciamiento social. Esto a su vez ha causado una recesión sin parangón, pues el desplome de
las tasas de crecimiento económico ha sido generalizado en todas las economías
de los cinco continentes.
En México necesitamos tener claras
dos cosas: una, los enemigos a vencer son
la pandemia y la brutal contracción de la
economía; y dos, para vencerlos necesitamos estar unidos, con un plan y con la voluntad de ejecutarlo. Además, la simultaneidad en la caída de la producción y de
la demanda no la provocamos los mexicanos; la economía nacional estaba debilitada al cierre de 2019, y el espacio y márgenes de maniobra de los que dispone el
gobierno son sustancialmente mucho
más limitados de los que se cree.
No hay comentarios:
Publicar un comentario