Luis Rubio - El Siglo de Torreón
El futuro se construye, sea esto de manera consciente o no. El presidente, a
fuer de sus acciones, decisiones y retórica, le va dando forma, quiéralo o no. A
casi un año y medio de iniciada la administración del presidente López Obrador, hay
dos cosas muy definidas: primero, que su
objetivo es cambiar el futuro que venía
construyéndose a lo largo de las cuatro o
cinco décadas previas. Y, segundo, que tiene una serie de ideas muy claras y muy fijas respecto al futuro que pretende construir y que son incompatibles con el Siglo
XXI. Y ahí reside el problema.
La visión del presidente surge de una
era muy distinta a la actual. El país comenzó a cambiar -eso que él demoniza como
“neoliberalismo”- porque la estrategia de
desarrollo a partir de la substitución de
importaciones en una economía cerrada y
protegida había dado de sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario