lunes, 24 de junio de 2019

DISPERSIÓN

Jorge Zepeda Patterson - El Siglo de Torreón
Ha sido muy refrescante observar a un presidente que es interpelado por la gente a su paso por pasillos y salas de espera en los aeropuertos y que se somete diariamente al escrutinio de las preguntas malas, buenas y regulares de periodistas y seudo periodistas que acuden a las mañaneras. Todos los días López Obrador escucha a alguien que se queja de un parque infestado de vagos, un camino vecinal que quedó inconcluso, la polémica sobre una presa que se construye en Sonora, la necesidad de aulas en un pueblo de Oaxaca, la corrupción de un funcionario de un municipio de Veracruz y un largo etcétera. A todos los casos el mandatario intenta dar una explicación, a veces con éxito y a veces sin él, pero la ofrece.

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