- Pekín ajusta su ambicioso plan exterior, la "Nueva Ruta de la Seda", ante las críticas de expansionismo
Macarena Vidal Liy - Pekín - El País
La visita a Pekín del primer ministro malasio, Mahathir Mohamed, a finales de este mes, no fue exactamente triunfal para China. A su regreso, el veterano político, de 93 años, canceló varios proyectos encuadrados dentro de la “Nueva Ruta de la Seda”, la ambiciosa red de infraestructuras y comunicaciones con la que China quiere conectarse con el resto del mundo y que es la prioridad absoluta de su política exterior. “Cuestan demasiado dinero, no podemos permitírnoslo”, comentó. Mahathir llegó incluso a pronunciar una frase tabú para Pekín: “una nueva forma de colonialismo”. Críticas similares sobre el nivel de endeudamiento que estos proyectos representan han surgido en otros países a lo largo de la Ruta, como en Sri Lanka, Pakistán o en el continente africano, donde China es el principal socio comercial.
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