Alfredo Jalife-Rahme - Periódico La Jornada
El fracking,
fracturación hidráulicapara la extracción del bituminoso shale gas/petróleo, epitomiza el summum del desregulado canibalismo neoliberal en el siglo XXI, a sabiendas de sus efectos deletéreos que causan mayores daños que beneficios.
Justin Mikulka, ingeniero ambiental y civil de la Universidad Cornell, expone en forma aterradora la nueva “pesadilla del fracking”: la toxicidad del agua –con su contenido de
secretassustancias químicas nocivas/cancerígenas (http://bit.ly/2xSqeM2)–, que en forma eufemística es definida por la depredadora industria como
agua producida (sic)(http://bit.ly/2xDVX4e).
Justin Mikulka ya había condenado a la industria del fracking de
canibalizar su propia producción al aumentar los riesgos de su derrama(http://bit.ly/2xL6hGK).
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