domingo, 18 de febrero de 2018

SEGURIDAD Y ESTABILIDAD

Rolando Cordera Campos - Periódico La Jornada
Primero lo primero: lo único cierto en el proceso electoral del régimen democrático es que no hay resultados conocidos, mucho menos ciertos, de antemano. De saberlo habría que admitir que nuestro régimen, más allá de democrático es quiromántico o, simplemente, autoritario.

A decir verdad, también en la época del partido casi único, los postulantes en no pocas ocasiones se las arreglaban para alterar los resultados de sus compañeros de fórmula, en el Senado u otra posición, con el fin de destacar su mayor capacidad de invención de votos. Así ocurrió entre nosotros por los menos hasta 1988, cuando esa práctica empezó a hacer mutis aunque la magnitud e implicaciones de las trapacerías electorales sobre el conjunto del escenario estén a discusión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario