- Los trabajadores de las maquiladoras vislumbran el difícil trayecto de la industria en la presidencia de Donald Trump
Sonia Corona - Ciudad Juárez - El País
Ciudad Juárez es un manojo de zozobra. Su crecimiento ha dependido durante décadas de la industria de la manufactura, pero al próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no le gusta lo que pasa allí. Cientos de fábricas ensamblan productos para exportar al país del norte a un precio bajísimo y, según él, los mexicanos que trabajan en esas maquiladoras tienen los trabajos que los industriales estadounidenses han perdido. La noticia de que Trump ha sido elegido presidente ha sido la conversación de los últimos días en las líneas de ensamblaje en Juárez. La incertidumbre está latente sobre el impacto que las decisiones del presidente de un país, que no es el suyo, puede tener en sus vidas.
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