Alfredo Jalife-Rahme - Periódico La Jornada

En Estados Unidos, el destino etno-geo-político alcanzó a Canadá y a México. Foto Ap
El choque tectónico del triunfo de Trump ha sacudido las entrañas del epicentro de EU y provocado reverberaciones telúricas a sus dos fronteras, México y Canadá, y a los cuatro rincones del planeta donde, en medio del caos doméstico/global que lega la sectaria presidencia de Obama, permanecen como fractales dos superpotencias, Rusia (a escala geoestratégico nuclear) y China (a escala geoeconómica); mientras, en Medio Oriente se consolida como el gran vencedor Israel, en la etapa de Estado Apartheid/racista/paria del primer Netanyahu y, en cierta medida, con las victorias relativas de Turquía y Egipto, que gozan de óptimas relaciones con Trump.
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