miércoles, 30 de noviembre de 2016

FIDEL, UN HOMBRE DE OTRO TIEMPO

Patricio Fernández - New York Times
Todos los cubanos con quienes conversé el sábado me dijeron lo mismo: que creían que no sucedería nunca, que aún les cuesta creerlo, que es muy raro el vacío que deja la muerte de Fidel Castro. Unos sienten miedo, otros desazón. Al interior de la isla, ni siquiera en los más críticos a su gobierno cundió la alegría. Las calles parecían más desiertas que de costumbre, como si un fantasma las recorriera: la presencia del hombre que rigió la isla por más de cinco décadas no desaparece de un momento a otro.

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