domingo, 13 de noviembre de 2016

DONALD TRUMP, EL DEMAGOGO QUE CAPITALIZÓ LA IRA

  • El magnate fue una estrella de la televisión y posee un imperio diversificado.
  • Le gusta presumir de dinero y desdeña las costumbres de la alta sociedad
Amanda Mars - Nueva York - El País
Algo que Donald Trump aprendió muy joven es que, cuando uno llama a una puerta, no debe quedarse plantado enfrente, sino echarse a un lado. El primer trabajo que hizo para su padre, un constructor que hizo fortuna con la promoción de viviendas asequibles en los distritos neoyorquinos de Brooklyn y Queens, fue ir a cobrar los alquileres remolones, casa por casa, junto a un empleado especializado en la materia. Ser alto, imponer con la presencia física, era necesario. Pero, aun así, si uno daba con un apartamento desafortunado, podía llevarse un disparo, así que ante la puerta solo se exponía la mano.

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