lunes, 19 de enero de 2015

¿QUIÉN PAGA LA CAÍDA PETROLERA?

Samuel García / 24 Horas
La reforma fiscal no fue suficiente para saciar el apetito del gobierno y de una clase política dispuesta a llevar al gasto público a su nivel más alto de la historia.
Esa reforma fiscal que elevó los impuestos directos a los ciudadanos y a las empresas el año pasado -situación que ensalzó el presidente Peña Nieto la semana pasada- confirmó que en medio de un pálido crecimiento económico ahora se tiene a un gobierno más rico y a una población más empobrecida. Ha quedado demostrado que la transferencia de riqueza de los bolsillos de los hogares y de las empresas hacia el sector público, por la vía tributaria, ha sido una de las causantes de la ausencia de dinamismo económico en los meses recientes.

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