Sergio Negrete Cárdenas / El Financiero
El Gobernador del Banco de México aparentemente dio ayer, en lenguaje
codificado, la bienvenida al peso débil. Desde la cima del jet set
político-financiero que representa Davos (Foro al que el presidente Peña
tuvo el buen sentido de no acudir este año), Agustín Carstens dijo que
la paridad con el dólar está “bajo control”. No hubo insinuaciones de
que el peso debe fortalecerse. Por el contrario, el Gobernador lo ubicó
como una de muchas monedas que se han depreciado frente a la divisa
estadounidense. El tipo de cambio en los alrededores de los 15 pesos por
billete verde, se diría, llegó para quedarse.
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