jueves, 8 de enero de 2015

ALEMÁN BUENO, ALEMÁN MALO

  • Intelectuales nacionalistas atacan la apertura del BCE y el `fondo Juncker´
Contra lo que sostiene el primitivismo nacional, Alemania no es monolítica. Y en esta larga crisis ha dado buenas muestras de ello. Hay alemanes y alemanes.
Se nos acaba de morir —a todos los europeos— un intelectual alemán formidable, Ulrich Beck, profesor en Múnich. Aquí hemos dado eco a sus reflexiones económico-sociales. Relean, o lean, Una Europa alemana (Paidós; Barcelona, 2012), o su versión francesa en Autrement, prologada por Daniel Cohn-Bendit. Beck es el mejor crítico no de la Alemania solidaria realmente existente, sino del germanismo egoísta y alicorto, que también sigue coleando. El profesor denuncia la austeridad a rajatabla “dictada” por Berlín porque “equivale a un abandono bajo mano de la norma de participación igualitaria y su progresiva sustitución por formas de dependencia jerárquica” en la UE.

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