Raymundo Riva Palacio / El Financiero
Los titulares en los periódicos disparan ráfagas de desorden y anarquía, de violencia y desgobierno: “Policías entregaron a los normalistas al crimen organizado”,
“Los 28 cuerpos en las primeras cinco fosas clandestinas en Iguala, no
son de normalistas”, “Arrecian las protestas en Guerrero”, “Las
protestas paralizan la vida en el centro de Chilpancingo”. Alemania,
Francia y el Reino Unido se suman a Estados Unidos y lanzan alertas de
viaje: no vayan a Guerrero. Los gobiernos locales son parte del crimen
organizado y a nivel federal se tolera la impunidad. “Espero que a la
brevedad podamos dar resultados”, dice el presidente Enrique Peña Nieto
en un acto de fe. Cuarenta y tres normalistas desaparecidos desde hace
casi tres semanas y nadie sabe qué pasó con ellos. El PAN exige la
desaparición de poderes en Guerrero; el PRD le pide a su gobernador que
analice su renuncia. La ingobernabilidad es el nuevo Momento Mexicano.
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