lunes, 20 de octubre de 2014

LA NORMA: MÁS INCERTIDUMBRE

León Bendesky / La Jornada
Se espera que los individuos ahorren colocando sus fondos en los que se llaman activos monetarios, es decir, aquellos que pueden convertirse rápidamente en dinero. Son líquidos, según se dice en las finanzas. Se espera, igualmente, que los empresarios pongan en marcha la producción y creen empleo, influidos básicamente por la expectativa de obtener una ganancia también en la forma de dinero. Con esas consideraciones empezó Keynes su Breve tratado sobre la reforma monetaria, publicado en 1923.

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