Mariano Ruiz Funes / El Financiero
La instrumentación de la reforma energética avanza; en algunos aspectos,
a mayor velocidad que la que se preveía cuando se aprobó la legislación
secundaria. Si bien ello manda buenas señales a inversionistas
potenciales y a los mercados en general, también incrementa los riesgos
asociados a una instrumentación parcial, incompleta y/o deficiente.
Hasta ahora, los procesos parecen ir en el camino correcto. Con un mes
de anticipación, el pasado 13 de agosto se anunciaron los resultados de
las denominadas “Ronda Cero” y Ronda Uno”; en la primera, se le
asignaron a Pemex los campos que continuará explotando de manera
exclusiva, que representan 83% de las reservas probadas y probables de
hidrocarburos y 68% de los denominados recursos prospectivos, con un
portafolio de proyectos que la Secretaría de Energía calificó como
“balanceado” en áreas de exploración y de extracción. Parece que es el
caso.
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