José Gil Olmos / Proceso
La
violencia contra las normales rurales llegó a su límite en Iguala,
Guerrero, luego de la agresión a los estudiantes de Ayotzinapa. La
desaparición de 43 compañeros suyos puso en movimiento a sus pares de
otras entidades y evidencia que el intento por desparecerlas o
transformarlas en centros de formación de “técnicos en turismo” podría
dar lugar a una lucha popular, a una expresión de rebeldía amplia,
advierte a Proceso la investigadora Tanalis Padilla, quien prepara un
libro sobre este tema. Esos centros de enseñanza, dice, son un estorbo
para el proyecto neoliberal.
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