domingo, 29 de septiembre de 2013

QUE NO NOS DIGAS QUE FUE UN SUEÑO

Antón Costas / El País

Como ocurre cuando baja la marea, la recesión económica que ha seguido a la crisis financiera de 2008 ha dejado al descubierto tres grandes peligros que, ocultos bajo la pleamar económica de la burbuja de crédito, ahora amenazan con impedir el retorno a un mundo con cierta estabilidad económica y progreso social.

El primero, es el gigantismo del sector financiero en relación con el resto de la economía; una verdadera macrocefalia financiera. El segundo, son los grandes desequilibrios comerciales globales; en nuestro caso, entre Alemania y el resto de la zona euro. El tercero, es la desigualdad.


 

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