domingo, 21 de noviembre de 2021

LORENZO MEYER

Lorenzo Meyer - El Siglo de Torreón

El primer encuentro entre los presidentes de México y Estados Unidos en 1837 -Antonio López de Santa Anna con Andrew Jackson- fue suigéneris. Santa Anna no fue, lo llevaron pues llegó a Washington en calidad de prisionero de los texanos. Es posible que otros presidentes mexicanos tampoco hayan disfrutado sus visitas a esa capital. Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no está en su elemento viajando fuera de México, pero como sea, en su reciente visita al país vecino salió muy bien librado.

Las reuniones sistemáticas entre mandatarios de México y Estados Unidos debieron arrancar con las visitas de Porfirio Díaz y William H. Taft a El Paso y a Ciudad Juárez en 1909, pero la Revolución Mexicana cortó esa posibilidad. Los encuentros sistemáticos se reanudaron cuando el régimen mexicano se transformó en posrevolucionario. En 1943 Manuel Ávila Camacho y Franklin D. Roosevelt se encontraron en Monterrey. Lo destacado entonces fue que Roosevelt viajó a México en plena guerra mundial y cuando nuestro país, por primera y única vez, fue aliado formal de Estados Unidos en un conflicto armado. En los siguientes 78 años la cadena de estos encuentros no se ha roto y a partir del TLCAN (1993) y de su sucesor el T-MEC (2020), se intercalaron los encuentros bilaterales con los trilaterales con la presencia de Canadá. 

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