José Blanco - Periódico La Jornada
Algunas izquierdas –dentro de las cuales hay algunas universitarias– parecen creer que una declaración de autonomía, por sí, y ante los demás, obra la magia y las hace autónomas. O que una práctica personal o colectiva, decidida por nosotros, las vuelve cuasi autárquicas. Nadie tiene que inscribirse en el Estado para pertenecer a él: todos somos el Estado. Ciertamente, individuos y grupos sociales diversos, tienen una relación diferente con esa soberanía política, el Estado. Todos, personas o instituciones de cualquier tipo, estamos regidos por la Constitución y las leyes derivadas de ese ordenamiento político-jurídico. El Estado contemporáneo, además, internaliza las relaciones de dominación provenientes de los poderes económico-políticos globales. Así, todos tenemos una relación específica con el Estado y una relación determinada entre individuos.
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