- Veremos si se desvela lo que existió detrás de este caso: colusión y complicidad entre personal militar y narcotraficantes
Salvador García Soto - El Universal
La verdad que durante todo el sexenio de Enrique Peña Nieto se trató de ocultar, por la que el prófugo Tomás Zerón maquiló y fabricó la “verdad histórica” con la que embarcó al procurador Jesús Murillo Karam, la línea de investigación que siempre pidieron indagar los padres y que vetó la extinta PGR por instrucciones directas de Los Pinos para proteger al Ejército, empieza a aflorar seis años después de ocurridos los hechos en Iguala: en el secuestro, tortura, asesinato y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa sí participaron militares del Ejército Mexicano.
La filtración de las declaraciones que un nuevo testigo denominado “Juan”, integrante del Cártel de los Guerreros Unidos, realizó para la Comisión de la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, aseguran que los militares no sólo detuvieron a los normalistas aquel 26 de septiembre de 2014 junto con otras 30 personas, sino que además un grupo de los estudiantes fue internado en las instalaciones del 27 Batallón del Ejército Mexicano, ubicado en Iguala, donde los jóvenes habrían sido sometidos a interrogatorios con torturas y después de eso entregados al Cártel de Guerreros Unidos, algunos de ellos ya muertos, para que los incineraran y desaparecieran.
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