Lorenzo Meyer - El Siglo de Torreón
El inicio del tercer año de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es buen momento para examinar su fondo con algunos conceptos básicos de política.
La definición más aceptada del poder político es la capacidad de un actor -individual o colectivo- de imponer su voluntad sobre el otro, ya sea por la aceptación más o menos voluntaria de este o por el uso del instrumento de última instancia: la fuerza.
A nivel nacional, el uso del poder se hace o debiera hacerse dentro de un marco de normas formales e informales constituido por varios niveles. El más inclusivo es el Estado, que a su vez, contiene tanto al régimen como al gobierno, las arenas clásicas para el desarrollo de los juegos del poder. Una característica de la coyuntura mexicana es el esfuerzo de AMLO para hacer del gobierno el principal, que no único instrumento para transformar al muy corrupto y disfuncional sistema neoliberal, heredero, a su vez, del régimen autoritario posrevolucionario.
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