Lo vamos a extrañar
Jorge Zepeda Patterson (*) - El Diario de Yucatán
No todos los caminos empresariales conducían a Romo, pero es cierto que a lo largo de estos dos años el millonario regiomontano fue una vía para construir pactos con la iniciativa privada y atemperar fricciones entre la 4T y los capitanes del dinero. La renuncia del coordinador de la oficina de la presidencia esta semana ha sido interpretada como una expresión de desdén de López Obrador hacia el sector privado y el presagio de un peor clima entre el poder político y el mundo de la inversión. Pero esa es una lectura simplista. Las razones del alejamiento de Romo están en otro lado.
Esencialmente se trata del reconocimiento de un defecto de diseño, del cual el propio Romo terminó siendo víctima. De entrada, asignarle la titularidad de la oficina de la presidencia fue una mala idea. Primero, porque en la práctica esta oficina no funciona en un gobierno como el de López Obrador. En teoría está instancia fue concebida para operar como una especie de coordinador transversal en el gabinete de los temas de interés presidencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario