Julio Faesler - El Siglo de Torreón
La curiosa renuncia a la presidencia de Evo Morales demuestra cómo pueden las Fuerzas Armadas hacer valer su poder sin llegar a atropellar vidas y bienes de los ciudadanos. Es de notar que en el caso de Bolivia todo indica que, al igual que sucede con nosotros, el Ejército proviene directamente de las clases populares en las que se enraíza. El golpe de estado es una fórmula que se evitó gracias a los siguientes factores: El primero de ellos, que desde luego fue la voluntad de Evo Morales de no ocasionar un derramamiento de sangre, de la misma manera que en su momento lo evitó Porfirio Díaz. El expresidente, que ya no es presidente, como le siguen llamando los integrantes de Morena, deja bien abierta la posibilidad de recobrar una personalidad lo suficientemente válida como para merecer un regreso digno y triunfal. Su estancia en México, desde luego tan anecdótica como su retorcido viaje de escape en avión, dará mucho que comentar para los que tengan el gusto de escudriñar los vericuetos del derecho constitucional.
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