- El recorrido estuvo repleto de impedimentos y negociaciones con varios Gobiernos sudamericanos
Hace apenas un mes, Evo Morales bromeaba a bordo del Falcon 900 presidencial boliviano de que se trataba del “avión secuestrado”. Así definía a la aeronave que tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en Austria en 2013 después de que, volviendo de un viaje a Rusia, le negaran sobrevolar Francia, Portugal, España e Italia por los rumores de que Edward Snowden viajaba a bordo. Aquello, no obstante, ha quedado en una minucia después de la odisea que ha supuesto su salida de Bolivia hacia México, donde ha llegado este martes pasadas las 11 de la mañana. Un periplo que el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, ha resumido como “un viaje por la política latinoamericana”.
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