- Lo que pone los pelos de punta no es el ciberataque en sí, sino todo lo que ignoramos sobre él, dice Miriam Grunstein.
Una de las hipótesis es que el ciberataque vino desde dentro para destruir “archivos estratégicos” relacionados con las deudas de Pemex a sus proveedores, dice Miriam Grunstein. (Reuters)
Miriam Grunstein
(Expansión) - Un ciberataque a una gran empresa siempre es noticia y hace historia. En este caso lo que hará historia es que es virtualmente imposible armarla. Por la opacidad inusitada en torno a este episodio, su transcendencia es materia de especulaciones, incluso fábulas. Tan poco se sabe sobre esta infiltración maligna que solo queda echar al vuelo la especulación. Podría ser incluso materia de una buena película de acción y suspenso. La que escribe la intitularía “Pemex al borde de un ciberataque de nervios”.
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