Salvador García Soto - El Universal
Un gobierno que decide negociar la paz ante la fuerza de las armas del crimen organizado, es un gobierno que se rinde y capitula al sentirse rebasado y derrotado por la capacidad de violencia los delincuentes. Pasamos así con la inédita entrega de un presunto criminal que es devuelto a los grupos armados que exigieron su liberación a balazos y tomando y sitiando la capital de una entidad federativa, de un estado que parecía fallido, a un Estado rendido por la capacidad de fuego y desestabilización del narcotráfico.
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