- Una semana después de las elecciones, los opositores se dividen entre los que reclaman una segunda vuelta y quienes piden nuevas elecciones
Las protestas a favor y en contra de los resultados de la elección del 20 de octubre en Bolivia han escalado y en todo el país se produjeron choques y amenazas entre seguidores del Gobierno -que bloquean los caminos en el área rural e intentan desbloquear las calles en las áreas urbanas- y opositores que, atrincherados en las ciudades, se esfuerzan para detener las actividades cotidianas de la población. El excandidato Carlos Mesa y el vicepresidente, Álvaro García Linera, se culparon mutuamente de agudizar el conflicto y de causar violencia.
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