Carlos Loret de Mola - El Siglo de Torreón
En el Derecho Romano, un principio
básico en materia de contratos es el
pacta sunt servanda. Los contratos
están para cumplirse. Lo normal es que
los contratos se cumplan, la anomalía es
que se quebranten. Si no se cumplen, hay
penalizaciones. Las rescisiones, pues,
cuestan. A nadie se le puede obligar a
cumplir un contrato si no quiere, pero eso
sí, debe reparar el daño.
Desde que llegó al poder, el presidente
López Obrador ha anunciado que revisará todos los contratos. Si una empresa firmó con gobiernos anteriores, navega ahora en la incertidumbre. El asunto es delicado. Porque es muy loable el propósito
de no dejar pasar un centavo de corrupción. Pero los litigios internacionales son
cosa seria (no como los juicios de las mañaneras) y si no hay pruebas y se cancelan contratos, puede venir una andanada
de demandas contra México que además
ahuyente a los inversionistas.
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