- El gigante asiático inyecta capital en unos medios en crisis y atrae a políticos, intelectuales y periodistas
Sobre un cimiento de inversiones, préstamos y proyectos de infraestructura consolidado durante la última década y media, China despliega ahora en América Latina una política destinada a ganar influencia política y afianzar su presencia en la región. La estrategia es novedosa porque apunta hacia ámbitos menos convencionales que el económico, donde, por los incentivos que ofrece China, parte casi siempre con ventaja. El rastro de la nueva política es ya perfectamente visible, ya que Pekín está vinculándose activamente con el mundo académico, los medios de comunicación, el mundo de la cultura y la clase política en buena parte de los países del continente.
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