- Los enclaves 'offshore' nos cuestan 40.000 millones de euros anuales
- Las empresas del IBEX tienen casi 900 filiales en paraísos offshore
- El fraude, la evasión y la elusión, tres vías diferentes para un mismo fin
A falta de saber a qué puerto lleva el maremoto político desatado los últimos días, los muy peleados presupuestos de 2018 tienen un marcado carácter social: contienen, entre otras medidas, un tan costoso como indispensable aumento de las pensiones. El problema es que, con tanto gasto social, será inviable llegar al objetivo del 2,2% de déficit, lo cual preocupa en Bruselas. Es más, para financiar este subsidio el Gobierno prepara un controvertido tributo que gravará a las empresas de servicios digitales. Pero ¿por qué aflojar la tenaza a los ciudadanos es tan complicado, si en los últimos años los impuestos no han parado de subir? Muy sencillo: el problema no es lo que se pide, sino lo que no se ingresa.
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