Carlos Ramírez - Indicador Político
El debate de ayer dejó en el aire la parte más vulnerable del proyecto político de Andrés Manuel López Obrador: la inviabilidad práctica de su populismo caudillista.
Si bien la Revolución Mexicana fue populista (tesis de Arnaldo Córdova), aquí se han vivido cuando menos cinco populismos: Obregón-Elías Calles, Cárdenas, PRI 1946-1970, Echeverría-López Portillo y el populismo neoliberal de Salinas.
La parte más fácil del populismo es la venta de ilusiones; la más difícil: construir un régimen social sin contar con una estructura económica, social, política y de fuerza. Todo populismo es coyuntural porque conduce a una crisis derivada de que este régimen es caudillista, de un solo hombre: Cárdenas, Goulart, Perón, entre otros.
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